
UNA CARTA DE ANTONIO JOSÉ A MAURICE RAVEL
José Luis MORENO PEÑA
Entre la correspondencia del famoso compositor francés Maurice Ravel hay una carta del músico burgalés Antonio José. Está fechada el 31 de octubre de 1932, si bien en algunas citas que se han hecho de ella se la sitúa diez años antes, en el 31 de octubre de 1922. Llama la atención esta disparidad cronológica tan acusada, y más aun la reiteración en el yerro, pues el encabezamiento es diáfanamente preciso. El origen de esta equivocación se encuentra en el catálogo, a través del cual se accede a la carta, de la Biblioteca Nacional de Francia. Se ha deslizado en él un 2 en lugar de un 3 en la descripción, (Lettre Ravel signée Antonio José, Burgos, 31 octobre 1922 [manuscrit autographe). 1922]. Pero no puede pasar desapercibido que se trata de un error de tabulación, como se constata al leer el documento al que se accede, a partir de esa ficha, en gallica [https://gallica.bnf.fr], la biblioteca digital de la Biblioteca Nacional de Francia 1.
El contenido de la carta proporciona, además, otros datos que excluyen para su data el año 1922. En esa fecha Antonio José no vivía en el número 17 de la calle de las Casas de la Prensa, que figura al final, después de la firma, como dirección del remitente, sino en el número 21 − 3º. de la calle Sombrerería (actual número 15), que fue su lugar de residencia, con su familia, desde 1915 hasta 1929, exceptuadas las estancias que pasó en Madrid, París y Málaga 2. El grupo de viviendas al que correspondía la calle de la Prensa —hoy Juan Albarellos—, conocido como Barriada de los Periodistas, no se concluyó hasta 1929. Fue, además, éste el año en que Antonio José regresó desde Málaga a Burgos para ejercer, a partir de ese momento, la función de director del Orfeón Burgalés, cuyo membrete figura en el papel en que se escribió la carta 3.
Estas observaciones no se hacen por mero afán detallista. Se considera, por el contrario, que es obligatorio aclarar este punto, referente al momento de su redacción, por motivos que están en el propio contenido del escrito. Se hace mención de "una obrita", pero no se dice el nombre. Fecharla incorrectamente llevaría, indefectiblemente, a una identificación equivocada. Situarla en el momento en que realmente se escribe ofrece alguna posibilidad de poder llegar al esclarecimiento del trabajo a que se alude.
Nos referiremos a esta cuestión un poco más adelante. Antes, dedicaremos unas líneas al hecho físico de la propia misiva.
Escrita, como era habitual en Antonio José, con tinta roja, es la carta de un músico, con un ya notable catálogo de obras y exultante a sus treinta años por un irrefrenable ímpetu creador, que le da confianza. En los rasgos de su grafía se retrata una personalidad firme, capaz de evitar influencias no deseadas, claridad de ideas, razonamientos muy particulares y personales y fuerza de voluntad enfocada a vencer las dificultades y sobreponerse a los obstáculos para lograr las metas deseadas. Hay sentido de la estética, originalidad, fantasía y creatividad en un contexto de agilidad mental y pensamiento lúcido. El paso del tiempo también ha dejado su impronta y por ello de su lectura actual fluye un poso de melancolía. A la vez, su estructura parece de una piececita musical, cual si de una partitura se tratase.
Es una carta muy breve, concisa y clara. Como si fuera un niño que escribe a los Reyes Magos, tras una presentación de sus merecimientos, "imposible que nadie en el mundo le admire más que yo", desliza su ingenua petición y la refuerza mediante una súplica con la cual, a su vez, expone el gran valor que da a la gracia que pide, "decisiva para mí".
Está redactada en español y muestra cierto tono de familiaridad respetuosa. No debe sorprendernos, pues Maurice Ravel era hijo de madre española y entendía nuestro idioma. La dirige a Mauricio y no a Maurice. Antonio José pudo conocerle durante su estancia —los veranos de 1925 y 1926— en París. Posteriormente se encontraron en España, como sabemos ocurrió con ocasión del concierto del maestro francés en Málaga, donde, a la sazón, Antonio José era profesor de música en el colegio San Estanislao, de los Jesuitas. Sorprendido por la reacción pueblerina del auditorio, distribuía la reseña, que apareció en Diario de Burgos, entre el desdén por la falta de criterio musical de los malagueños y los elogios a su admirado maestro.
"Mauricio Ravel, el maravilloso y exquisito orfebre de la música actual, ha presentado en la Filarmónica de Málaga un interesante programa de obras suyas, ejecutado por el mismo autor al piano, la cantante Magdalena Grey y el violinista Claudio Lévy [...] su música transparente, de ondulante y humorística finura, de sonoridad expresiva y graciosa, no ha gustado [...] En esta tierra de la guasa han creído algunos que Ravel se propuso tomar el pelo a los filarmónicos malagueños por lo fino [...] Al día siguiente, la crítica [...] se puso a la altura del público, y juzgó a Ravel —el compositor de universal prestigio— sin criterio y hasta casi con descortesía" 4.
Lo más probable es que Antonio José no recibiera contestación a su solicitud. En 1932 el deterioro físico y mental encaminaba a Ravel a un triste estado, lamentable especialmente para un músico. Pronto su enfermedad degenerativa le impediría expresar sus ideas, escribir las notas musicales, que confesaba que tenía claras en su cabeza, pero que no era capaz de transmitir. Lo mismo le sucedería con la escritura. Antonio José, que, intermitentemente, se sentía acosado por sensaciones de soledad, aislamiento e incomunicación, probablemente desconocía esta circunstancia cuando le escribe la carta, que coincide, por otra parte, con lo que expone, por las mismas fechas, en otras redactadas con términos similares 5.
En ese contexto de necesidad de relación con el mundo musical exterior se ha de poner la carta a Ravel, en el que confiaba y al que, por encima de todo, admiraba. "Ante una página hermosa no pienso en prejuicios de nombre, de escuela, ni de época [...] y nadie me emociona más que Ravel" 6. De algunos comentarios se puede deducir que este sentimiento era recíproco. "Antonio José llegará a ser el gran músico español de nuestro siglo" 7. De ahí el tono confiado en recibir la aprobación que invocaba.
Hay numerosas influencias de la música de Ravel en la música de Antonio José. Elementos característicos de Sonatine, de Ravel, presentes en la Sonata para guitarra, de Antonio José, se muestran por Santiago Moreno Ovalle en un trabajo académico de la Universidad Distrital Francisco José de Caldas, de Bogotá. "Muchos de los materiales musicales que aparecen en la Sonata para guitarra (1933) están relacionados con los que trabajó Ravel: uso constante de escalas pentatónicas, apariciones sutiles de escalas por tonos enteros, acordes de dominante en paralelo, pasajes modales, ambigüedades tonales" 8.
A través de la descripción y contraposición de los componentes característicos, se propone identificar las similitudes musicales entre ambos compositores y concluye que la Sonata para guitarra posee diversos elementos de la Sonatine, pero que ello no significa que Antonio José intente parafrasear a Ravel, aunque su lenguaje sea cercano al del maestro francés. Se trata, más, bien de "la condensación teórico-estética por parte del compositor español de la influencia de Ravel y también de otros autores franceses", en una obra para guitarra de gran destreza técnica, "con coincidencia en varios elementos, forma, ritmo, melodías, armonía, fraseo e indicaciones" 9.
Concomitancias de la música de Antonio José con otros músicos, y entre ellos Ravel, se pueden ver en La obra para piano de Antonio José en el contexto de la edad de plata, de José Luis Gómez Bernaldo de Quirós 10.
"La influencia de Ravel en Antonio José se muestra [...] en el gusto por las notas añadidas, en el uso de séptimas y novenas mayores y menores sin preparar, en las líneas claras y el cuidado de la forma, elementos todos que se comprobarán a lo largo del análisis de sus obras para piano. El burgalés señala [...] dos obras destacadas para él del músico francés, Dafnis y Cloe y su Cuarteto" 11.
Dedica un extenso apartado a la Sonata Gallega para piano, compuesta en 1926, durante su estancia en Málaga, para participar en el concurso de sonatas sobre motivos gallegos de 1927, convocado por la Sociedad Filarmónica Coruñesa, en el que obtuvo el primer premio. Su edición se retrasó hasta que, en 1929, Antonio José consiguió que se la publicara la Unión Musical Española, pues los organizadores del certamen, disgustados por el triunfo de un extraño, castellano, se negaban a hacerlo 12. Sesgos de identidad regionalista y mentalidad provinciana prevalecían sobre criterios musicales en este injusto trato al compositor burgalés. La obra no tuvo el eco ni encontró el éxito que esperaba tras haber ganado el certamen. Ensayando, durante un tiempo, medios para que su Sonata Gallega fuera conocida y valorada, envió ejemplares a músicos y publicistas con los que tenía alguna relación para que, a través de las opiniones de los primeros y las reseñas de los segundos, desde la prensa se impulsara su difusión 13.
En 1929 Antonio José había concluido Cuatro canciones populares burgalesas, publicadas en 1931 por Unión Musical Española. En algunas de sus cartas del año 1932 también pedía a sus amigos comentarios o mención de esta obra en la prensa para favorecer su difusión. Algo antes había estrenado en Madrid Preludios y Danza popular, fragmentos de una obra inacabada, El mozo de mulas. En 1932, su Colección de cantos populares burgaleses (Nuevo cancionero burgalés) obtenía el Premio Nacional de Música.
Y llegados a este punto nos preguntamos si sería la Sonata para guitara, o, quizá, Cuatro canciones burgalesas, o, acaso la Sonata gallega, o, tal vez, alguna otra, la misteriosa obrita de la carta de Antonio José a Mauricio Ravel.
N O T A S
1 https://gallica.bnf.fr/ark:/12148/btv1b52509368n.r=antonio%20jose?rk=21459;2
2 PALACIOS GAROZ, Miguel Ángel. En tinta roja. Cartas y otros escritos de Antonio José. Burgos. Ayuntamiento de Burgos. Instituto Municipal de Cultura. 2002. 391 págs., cf. pág. 22.
3 "Anoche acudió a los ensayos el director del Orfeón Antonio José, recientemente venido de Málaga, con el fin de tratar sobre el terreno la manera más práctica de poner en marcha el naciente Orfeón [...] Esta noche saldrá con dirección a Málaga, y, según parece, muy pronto regresará de nuevo para instalarse definitivamente en Burgos, encargándose de lleno de la dirección del Orfeón Burgalés". Diario de Burgos, 2 de abril de 1929.
4 Reseña por Antonio José de un concierto de Ravel en Málaga, Diario de Burgos, 27 de noviembre de 1928.
5 Cartas a José Subirá —25 de febrero, 3 de noviembre y 27 de diciembre de 1932—, Miguel Ángel PALACIOS GAROZ, En tinta roja..., págs. 178-187.
6 RODRíGUEZ SANTERBÁS, Santiago. "En busca de un músico. Antonio José", Triunfo, 482, 25 de diciembre de 1971, págs. 24-29, cf. pág 26.
7 RODRÍGUEZ SANTERBÁS, Santiago. "En busca de un músico. Antonio José...", pág 28.
8 MORENO OVALLE, Santiago. Un análisis comparativo para enriquecer la interpretación. Elementos característicos de Sonatine de Maurice Ravel presentes en la obra para guitarra Sonata de Antonio José. Universidad Distrital de Francisco José de Caldas. Facultad de Artes ASAB. Artes Musicales. Bogotá. Colombia. Octubre 2017. Se accede a través de repository.udistrital.edu.co/handle/11349/7098
9MORENO OVALLE, Santiago. Un análisis comparativo..., págs. 26-72.
10 GÓMEZ BERNALDO DE QUIRÓS, José Luis. La obra para piano de Antonio José en el contexto de la edad de plata. Madrid. Universidad Autónoma de Madrid. Facultad de Filosofía y Letras. Departamento Interfacultativo de Música. 2013. 871 págs., cf. págs. 621-728. Tesis doctoral, en https://repositorio.uam.es/handle/10486/674656
11 GÓMEZ BERNALDO DE QUIRÓS, José Luis. La obra para piano de Antonio José..., pág. 130.
12 VALDIVIELSO ARCE, Jaime Luis. "Centenario del nacimiento del Músico y Folklorista burgalés Antonio José", Revista de Folklore, 262 (2002).
13 "El año pasado envié un ejemplar a Salazar, otro a Turina y otro a Ángel María Castell, de ABC, que es burgalés [...] Ninguno dice una sola palabra sobre la Sonata Gallega. Y en Galicia, como si la obra no se hubiera escrito". Carta a José Subirá —6 de octubre de 1931—, Miguel Ángel PALACIOS GAROZ, En tinta roja..., págs. 171-174.